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Pepino de mar, una rara especie amenazada por el comercio

SANTO DOMINGO. En el fondo marino existe un animal poco atractivo al que por su forma tubular y cuerpo blando se le conoce como gusano, cohombro o pepino de mar. Aunque se le atribuyen importantes propiedades culinarias, no es parte de la gastronomía dominicana. No obstante, se estima que desde hace unos años su población se ha reducido. La razón: se pesca irregularmente para exportarlo al demandante mercado asiático, especialmente Hong Kong.
En Azua, Baní y Montecristi se pueden encontrar pescadores cargando cubetas con ejemplares extraídos mediante buceo libre. Las capturas son mayormente de especies juveniles de entre 7 y 8 centímetros. Dependiendo del tamaño del ejemplar, pueden vender cada uno desde los RD$3.
En inglés se le conoce como “sea cucumber”, y cuando el producto está salado o seco se le llama con el término francés “bêche de mer”. Además de su venta en los mercados consumidores, se oferta por libras o kilos en páginas web reconocidas como Amazon.com o Alibaba.com. En otros portales también se encuentran vendedores de diferentes países; uno de ellos está en Puerto Plata y ofrece el kilo a US$75.

Pepino de mar, una rara especie amenazada por el comercio

Entre las especies más demandadas en aguas dominicanas están la Holoturia mexicana y la Isostochopus badionotus. En un documento preparado por Roland Wiefels, del centro regional Infopesca, se informa que el kilo de la Holoturia mexicana, en forma de “bêche de mer”, se vendía el año pasado en el mercado minorista de Hong Kong entre US$64 y US$106; la Isostichopus badionotus entre US$203 y US$402.
Los asiáticos consideran este animal el “ginseng del mar”, pues entienden que tiene propiedades similares al ginseng: aliciente para el estrés, estimulante de la memoria, antienvejeciente y aumentador de la libido.
Por su sobrepesca, ya en aguas de Asia y de otros territorios, el pepino de mar está escaso. En Yucatán, México, está vedado; en Panamá y en Puerto Rico se tomó una medida similar. En Cuba, donde hay una pesquería sostenible, las poblaciones no presentan igual nivel de agotamiento.
En República Dominicana, aunque hay pocos estudios sobre este equinodermo y su pesca no está organizada, las autoridades estiman que su población se ha reducido. Así lo pudo comprobar un equipo de Diario Libre que hizo varias inmersiones de 60 minutos cada una en la costa de Montecristi, sin encontrar un ejemplar. Dionisio Vargas, quien se dedica a la pesca submarina en esta provincia, asegura que “en dos años se han cogido de 4 a 5 millones”. “Se mantienen muy pocos porque ya han cogido bastante”, dice.
El Ministerio de Medio Ambiente prohibió la extracción de pepino de mar en 2011 como principio precautorio. Pero en el Consejo Dominicano de Pesca y Acuicultura (Codopesca) hay otro criterio. Como entidad responsable de los permisos pesqueros, ha otorgado tres. Jeannette Mateo, encargada de la Dirección de Recursos Pesqueros, indica que Codopesca es la autorizada para emitir una resolución administrativa sobre su área de influencia, y no ha prohibido el pepino de mar.
Uno de los tres permisos otorgados corresponde a Acuario y Pescadería El Furgón, una empresa que comparte propiedad con la oficina de la entidad en Montecristi. Diario Libre intentó conversar con su propietario, pero se rehusó.

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